lunes, 7 de noviembre de 2016

CUADRO SINOPTICO HISTORY UNIVERSAL

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REVOLUCIONES POLITICAS

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CICLO DE REVOLUCIONES LIBERALES EN EL SIGLO XIX

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La Europa de 1848

La Europa de 1848 es la del Congreso de Viena. Pero Bélgica y Grecia son independientes; Serbia, Moldavia y Valaquia son autónomas en el Imperio otomano.
Los pueblos están repartidas entre varias potencias. Alemania está dividida en treinta y nueve estados, entre los que está la parte occidental del Imperio austríaco. Italia está dividida: reinos de Piamonte-Cerdeña y de Nápoles, ducados de Módena, Toscana, Parma, Estados Pontificios, reino lombardo-veneciano que pertenecen a Austria.
Por el contrario, en el Imperio austriaco, las nacionalidades aspiran a la independencia, o al menos, a la autonomía: húgaros, checos, eslovacos, polacos, etc.
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La primavera de los pueblos y naciones LA REVOLUCIÓN EN EUROPA

En 1848 una huelga revolucionaria agita Europa: las esperanzas de los liberales, las aspiraciones de los patriotas, sofocadas después de 1830, resurgen con toda su fuerza, reanimadas por las dificultades económicas: malas cosechas, una crisis financiera y más tarde industrial sin precedentes a partir de 1846.

Los primeros disturbios se producen en 1847, en Suiza, donde una guerra civil opone a los cantones  septentrionales, protestantes y liberales, con los cantones meridionales, católicos y conservadores. Más tarde, en los primeros meses del año siguiente, la confusión se generaliza. Comienza primero en Italia. En esa región dividida en varios estados, los patriotas se sientes animados por la presencia de un papa reformista, Pío IX, y por las ambiciones del rey del Piamonte, Carlos Alberto, que desea liberar la península de los austríacos. El 12 de enero de 1848 estalla la revolución en Palermo: Sicilia se separa  del reino de Nápoles. Allí, el rey Fernando II debe promulgar una Constitución; en Toscana, el 17  de febrero, se obliga al duque Leopoldo II a hacer lo mismo.
La Francia de la monarquía de julio toma el relevo. El pretexto es el tema del censo, es decir, los impuestos de un hombre debe pagar obligatoriamente para convertirse en elector. En diciembre de 1847, la oposición a Luis Felipe organiza una campaña de banquetes sobre el tema de la ampliación del electorado: como los eslóganes pronunciados son cada vez más violentos, se prohíbe el último banquete, el 23 de febrero de 1848. La medida, banal, provoca desórdenes, que son reprimidos con sangre. Perecen dieciséis personas; París arde; como consecuencia, el rey abdica: "ha resbalado en la sangre derramada", responden.
El día 25 se proclama la II República francesa: es un régimen generoso, que se reclama a la vez del socialismo cristiano, el liberalismo y el romanticismo, e integra a poetas en su primer gobierno provisional (Lamartine). Las medidas tomadas están a la altura de los ideales: abolición de la esclavitud, de la pena de muerte en asuntos políticos; instauración del sufragio universal (masculino); libertad de prensa y de reunión; proclamación del derecho al trabajo. Es la época de la "ilusión lírica".

Liberalismo y aspiración nacional en Alemania

La noticia de los acontecimientos parisienses desencadena la revolución alemana. En Baden, Hesse-Darmstadt, Nassau y Wurtemberg, los gobiernos promulgan constituciones. En el suroeste del país, los campesinos queman las cartas feudales. En Baden y Colonia los republicanos se sublevan. Los acontecimientos más importantes se desarrollan en Prusia. Allí, el 19 de marzo, el rey Federico Guillermo IV responde a las barricadas con la promesa de una asamblea elegida por sufragio universal y se asienta como el guardián de la Unidad Alemana. El día 30 un Parlamento de los diferentes estados alemanes se reúne  en Francfort y crea las bases de un imperio nacional, liberal y partidario del sufragio universal. Austria,  vinculada durante siglos a Alemania en el marco del Sacro Imperio y luego de la Confederación Germánica, rechaza adherirse a ese proyecto.

La revolución en Viena y sus consecuencias

Lo liberales austríacos también se sublevan el 13 de marzo. El 15 el canciller Metternich, símbolo y eje del conservadurismo europeo, es sustituto por un ministerio liberal. El 15 de mayo se convoca una Asamblea Constituyente y, el 31 de agosto, son abolidos, los derechos feudales y los privilegios fiscales. En Hungría, el liberal Kossuth instaura un ministerio parlamentario y la libertad de prensa. En Praga, un Congreso paneslavo afirma los derechos de los pueblos esclavos en el seno del Imperio de Austria.
En ese momento el movimiento revolucionario agita de nuevo Italia, donde Pío IX y Carlos Alberto han promulgado a su vez constituciones. Milán y Venecia expulsan  a las guarniciones austríacas; Francisco V de Módena huye de su ducado; Fernando Carlos de Parma ve cómo le es impuesto un gobierno. Fin


CINCO REYES PARA UN REINO

Desde 1831 se han sucedido cinco reyes: 
Leopoldo I (1831-1865): asegura la independencia del país, contra las ambiciones, por ejemplo, de Napoleón III. Antes, Bélgica evitó las revoluciones de 1848 y su consecuente reacción. La vida política se organiza en torno a la oposición entre liberales y católicos.
Leopoldo II (1865-1909): En 1890 entrega el Congo, que era su propiedad personal, a Bélgica. En el interior, los católicos abren la guerra contra la escuela laica, creada en 1879; leyes sociales responden al fuerte movimiento obrero; en 1893 se instaura el sufragio universal.
Alberto I (1909-1934): El país está ocupado, el "rey caballero" se marcha a La Haya y el ejército continúa el combate contra los aliados. Las posguerra será testigo de la reconstrucción, crisis políticas, que se oponen a católicos, liberales y socialistas, la afirmación de Flandes.
Leopoldo III (1934-1940/1950): bajo su reinado, la crisis favorece la subida del nacionalismo flamenco y un movimiento fascita, el "rexismo". En 1940, el rey permanece en la Bélgica ocupada; es declarado "incapacitado para reinar": el príncipe Carlos, resistente activo, se convierte en regente. Tras la guerra, el "tema real" divide al país. Concluye con la abdicación real en 1950.
Balduino I ( 1951-1993): preside la difícil independencia del Congo y hereda los enfrentamientos entre Flandes, católica y conservadora, y Valonia, francófona y socialista. En 1970, la "cuestión linguistica" implica la regionalización; más adelante, en 1988, la ley convierte el país en una "monarquía federal".

domingo, 6 de noviembre de 2016

REGLAS Y COSTUMBRES DEL LUTO EN LA EPOCA VICTORIANA

“Reglas y Costumbres del luto en la Epoca Victoriana”

La Reina Victoria se casó con el Príncipe Alberto en 1840 y él murió en 1861, si bien la Reina sólo tenía 42 años cuando quedó viuda, permanecio de luto riguroso por tres años y de medio luto el resto de su vida – 40 años.
Las mujeres victorianas siguieron el ejemplo de la Reina y se elaboraron estrictas reglas de etiqueta concernientes a la vestimenta del luto y al comportamiento durante este periodo.
Estas reglas dieron orden a una sociedad que cambiaba rápidamente al tiempo que la Revolución Industrial creaba la clase media. Libros de etiqueta indicaban a los nuevos ricos los detalles de un comportamiento socialmente aceptable.
Una de las areas que tenia un estricto código social era justamente, la muerte.
La muerte era inevitable, estaba presente cada dia en la vida del siglo XIX, el porcentaje de mortalidad infantil era altisimo y la expectativa de vida era sólo de 42 años. Para la gente de la época Victoriana, la única manera de sobrellevar la pena y la pérdida que los afectaba, era canalizar el pesar a través de alguna expresión artística, arte memorial y memento-mori (ej.fotografías post mortem).
Alguien que tuviera la osadia de ir en contra de las reglas y rituales preeestablecidos del luto se arriesgaba al escándalo y al ostracismo.
Se esperaba que las mujeres de este período debian exteriorizar el pesar de la familia. Y como lo hacía era a través de su manera de vestir.
El color negro era el que mejor representante de el luto Victoriano por que simbolizaba la ausencia de luz. Era un signo inmediatamente reconocible de que un ser querido había pasado a mejor vida. También se sabe que la costumbre de usar negro para el luto viene de los romanos; ya que evitarían que los fantasmas de los muertos los penaran, vistiéndose de negro.
Ceremonia
Cuando alguien moría, todos los miembros del hogar (incluyendo a los sirvientes) adoptaban el luto. Las cortinas se cerraban y los relojes se detenían al momento del fallecimiento.
Las carrozas y los caballos que los tiraban eran adornados con plumas de avestruz negras. A veces se contrataban a gente que caminara en el cortejo funebre.
Cuando se trataba del funeral de un niño, las plumas eran blancas y el ataúd también.
Por otra parte el funeral de una persona pobre, tenían que ser el dia domingo-único dia en que no se trabajaba. Sin embargo si la familia no tenía ahorrado el dinero para poder efectuar el funeral el domingo despues de la muerte, el cadaver debía permanecer en la casa hasta el próximo domingo.
ArteEra habitual la fotografía post-mortem, sobre todo de niños, para tener un recuerdo del ser amado. Se enviaban como agradecimiento o también a los familiares que no pudieran viajar al funeral.
También se conservaba mechones de cabello del difunto y se fabricaban joyas con ellos.
Las tumbas victorianas eran mucho más elaboradas que en la actualidad. Se esperaba que la familia del difunto gastara lo que más pudiera en hacer un monumento apropiado al status social del difunto y de su familia.
Los monumentos eran generalmente simbólicos, ya sea religiosos (cruces,angeles), símbolos de la profesión del difunto (espadas para un general, brocha para un pintor) o símbolos de muerte.
Los símbolos que más se usaban eran:
Urnas: Signo clásico de la cremación romana
Coronas: Símbolo de vida eterna, por su forma circular que no tiene comienzo ni fin.
Obeliscos: Símbolo Egipcio de vida eterna
Mujeres lamentandose: Símbolo de una mujer vestido en tunicas sueltas (romanas) fisicamente exhaustas de tanto llorar y apoyandose en una mano, a veces en una urna o en una cruz.
Periodos de LutoHabían cuatro periodos de luto. Cada uno con sus propias reglas y costumbres.
El que llevaba la viuda era el más riguroso de todos y duraba usualmente dos años y medio.
Los trajes de los niños eran blancos con adornos negros en el verano y gris con adornos negros en invierno. Esto se consideraba para aquellos entre los 15 y 17 años, los menores de 15 no usaban luto. Una muchacha era considerada mujer a los 17 años y podía usar luto riguroso si un familiar moria.
Primer Periodo de Luto o Luto Riguroso: usado por un año y un día.Los trajes eran de dos piezas; un corpiño y una falda.
La mujer de clase baja podía hacer el traje de algodón o teñir un un traje negro.
La de clase media podía elegir entre lana negra, algodón e incluso seda.
La mujer de clase alta podía usar la ultima moda pero siempre en seda o lana.
La ropa debía ser de género opaco y sin adornos, excepto el crepe. El rasgo mas distintivo de este periodo es el largo velo de crepe negro que llegaba hasta la altura de la cintura o las rodillas.También debian usar un bonete, generalmente de crepe blanco.
No se usaban adornos o joyas, excepto por el azabache.
La mujer sólo podia dejar su hogar para ir a la iglesia o a visitar familiares directos.
Si la mujer no tenía ingresos e hijos pequeños que criar, se permitía el matrimonio después de este periodo.
Segundo Periodo de Luto: duraba 6 meses o hasta el fin de los días, como en el caso de la Reina Victoria.El bonete se puede adornar con flores y cintas, blancas o negras y el velo de crepe se acorta y se puede usar levantado sobre la cabeza.
Además del azabache se podian usar joyas hecha del cabello del difunto, ya sea un broche o un brazalete.
Tercer Periodo de Luto: duraba entre 3 y 6 meses
Los adornos de crepe se sacaban y se reemplazaban con adornos de seda negra, cinta negra y encaje. El velo se acortaba aún máso se podía dejar de usar, al igual que le bonete.
Cuarto Periodo de Luto o Medio Luto: duraba entre seis meses o hasta el fin de los días.
Los trajes podían ser diseñados a la ultima moda, sólo tenian que ser hechos con colores de medio luto como el gris, violeta, lila, malva y blanco.
El viudo sólo tenía un período de luto. Éste duraba entre seis meses a un año, pero era de su discreción cuando volver a casarse .
Podía continuar su vida normal y continuar trabajando.
Su traje debía ser de un género oscuro, su sombrero adornado con una cinta de crepe y también debía usar una banda de crepe en el brazo.
Tiempo de Luto
El tiempo de luto dependía de la relación con el difunto. Las viudas podían dejar el luto después de dos años, pero era de mejor gusto usar medio luto por seis meses más después de ese tiempo.
Para niños que perdieron a sus padres o viceversa el periodo era de un año. Para abuelos y hermanos; seis meses, para tios y tias; dos meses, para tios y tias abuelas; seis semanas y para primos; cuatro semanas.
Viudas de mayor edad frecuentemente permanecian en luto por largos períodos, incluso hasta el fin de sus dias.
Cuando las personas terminaban su duelo y querían reintegrarse a la sociedad, debían dejar tarjetas a sus amigos y conocidos, para avisar que podían recibir y hacer visitas.
Supersticiones-No se debía ir a un funeral embarazada.
-Los espejos se cubrían por que existía la creencia de que el espíritu del difunto quedaba atrapado en él.
-Si el difunto llevaba una buena vida, florecerían flores en su tumba, por el contrario si había sido malo, sólo maleza crecería.
-Detener el reloj en la habitación donde ocurrio el fallecimiento o sino traería mala suerte.
-No usar nada nuevo al funeral, especialmente zapatos.
-Si llueve sobre el cadaver, el difunto se irá al cielo.
En la actualidad, estas costumbres nos pueden parecer pretenciosas y exageradas.
La procesión funeraria, velos negros y vestidos de luto, con su rígido protocolo para la dama, cinta negra en el brazo del caballero, cortinas cerradas en el hogar, corona en la puerta con cintas de crepe, parecen innecesarias. Pero estas prácticas llevadas a cabo en los hogares del siglo XIX por la familia en duelo expresaban el cariño y el deseo de mantener viva la memoria del difunto y darle un sentido de inmortalidad.
El fin de una Era
En 1901, después de la muerte de la Reina Victoria se da comienzo al periodo Eduardiano. En parte el mundo se saco el luto con su fallecimiento.
La moda cambió y las mujeres ya no tenían que regirse por los estrictas códigos de la etiqueta Victoriana.

Damas de la era victoriana

Damas de la era victoriana

El término "victoriano" es una palabra de habla inglesa que se aplica al reinado de Victoria del Reino Unido, entre 1837 y 1901. El victoriano temprano -1837 a 1870- es una época caracterizada por vestidos amplios, con el apoyo, en la década de 1850, de los aros de las jaulas de metal llamados "crinolinas", es decir, “miriñaques”. Sin embargo, este período se extiende por otras épocas culturales, la parte tardía de la época romántica que se extendió a partir de 1815, con el fin de las guerras napoleónicas, hasta 1850, cuando la revolución industrial realmente tomó el control. En el mundo alemán, el período de 1815 a 1848 se llama "Biedermeier".
La moda evolucionó a partir del estilo Imperio de la primera década del siglo XIX a las amplias faldas y mangas muy grandes del período entre 1815 y 1836. Un prototipo se estableció en 1837, con el advenimiento de Victoria al trono de Inglaterra, que progresivamente evolucionó a través de 1869. En la década de 1880 se desarrolló el “bustle” o “polisón”, forma que se comenzó a consolidar a principios de la década de 1870. La época victoriana temprana se cierra con la guerra franco-prusiana, que pondría fin al Segundo Imperio. El polisón ya se estaba atrincherando cuando este conflicto cambió la historia por otros 119 años. Los accesorios femeninos van desde el parasol festoneado de cintas y encajes, clave desde los años del Primer Imperio para la hora del paseo, hasta el abanico de plumas de avestruz, a veces constelado de piedras preciosas, infaltable en las noches de soirée de finales del siglo XIX y principios del XX.Boda de la Princesa Alice del Reino Unido con el Príncipe Ludwig de Hesse, Osborne House, 1862




Este es un gran conjunto de imágenes por cuatro razones. En primer lugar, más vestidos y arte sobrevivieron a este período porque es muy reciente en la historia. En segundo lugar, más retratistas fueron dejando constancia de su trabajo, sobre todo de vestidos de noche y trajes para ocasiones especiales, como coronaciones y bailes de disfraces. En tercer lugar, se desarrolló la tecnología de impresión, por lo que hay numerosas imágenes impresas y documentos ilustrados, sobre todo elIllustrated London News. Por último, pero lo más importante, Louis Daguerre inventó la fotografía y ésta se hizo abiertamente disponible en 1839. Incluso antes de que George Eastman inventara la cámara instantánea (“Kodak”) y los rollos de película, la fotografía hizo más fácil proliferar el número de retratos e imágenes, hasta el punto de que muchos desarrollaron cartes de visite y tarjetas de gabinete (cabinet cards) con imágenes de celebridades.La Archiduquesa Gisela de Austria, hija del Emperador Franz Josef y la Emperatriz Sissi, a fines de la década de 1870.



He seleccionado esta serie de figuras femeninas de la época, entre las decenas que atestiguan la evolución del vestuario a lo largo del siglo XIX.

Boda de la Princesa Alice del Reino Unido con el Príncipe Ludwig de Hesse, Osborne House, 1862



La Archiduquesa Gisela de Austria, hija del Emperador Franz Josef y la Emperatriz Sissi, a fines de la década de 1870.




Louise Marie d’Orleans, Reina de los Belgas



Louise d’Orléans (Louise Marie Thérèse Charlotte Isabelle) fue Reina consorte de los Belgas como la segunda esposa del Rey Leopoldo I. Es antepasada directa del actual Rey de los Belgas, del Pretendiente Real italiano (Príncipe de Nápoles), del Gran Duque de Luxemburgo y del Príncipe Napoléon, jefe de la Casa Imperial de Francia. El rey Leopoldo había contraído matrimonio con Carlota de Inglaterra y, como ésta murió durante el parto, el monarca se casó nuevamente, esta vez con la Princesa d’Orléans, titulada Princesse de France cuando su padre, Luis Felipe, se convirtió en Rey de los Franceses en 1830. Leopoldo de los Belgas y Luisa María de Francia tuvieron cuatro hijos, de los cuales tres sobrevivieron a la edad adulta. Uno fue el futuro rey Leopoldo II, el otro fue Felipe, Conde de Blandes, casado con una princesa de la Casa Hohenzollern y la tercera fue Carlota, quien casó con el malogrado Archiduque Maximiliano de Austria, el que fuera nombrado Emperador de México y ejecutado en 1867. Devota esposa y amante madre, era de naturaleza tímida y solo aparecía en público cuando era forzada a ello. Pronto fue popular en la corte belga por su famosa generosidad y belleza.


Infanta Luisa Fernanda, Duquesa de Montpensier



Luisa Fernanda de Borbón era la hija menor del rey Fernando VII de España y su cuarta esposa María Cristina de Borbón-DosSicilias. Era, por tanto, hermana de la reina Isabel II. Tenía 14 años cuando se casó con Antoine, Duque de Montpensier, hijo menor del rey Luis Felipe, en 1846. Un hecho singular de su vida, poco conocido por los aficionados al arte, es que al morir su padre Fernando VII, heredó la mitad del contenido del Museo del Prado, entonces llamado Museo Real y que era propiedad exclusiva de los reyes. El riesgo de que la colección se desmembrase quedó por suerte eliminado, gracias a que se decidió que su hermana, la nueva reina Isabel II, la indemnizase con dinero. A través de su hija, la Infanta María Isabel –quien se casó con Felipe, Conde de París-, se convertiría en bisabuela del rey Manuel II de Portugal, de Luis Felipe, Duque de Braganza, de los duques Amadeo II de Aosta y Aimone de Spoleto, de la princesa Dolores Czartoryski, de la princesa Esperanza de Orleans-Braganza, de María de las Mercedes, Condesa de Barcelona (madre del rey Juan Carlos I de España) y de Henri, Conde de París.


Princesa Mathilde Bonaparte



Una vez le dijo a Marcel Proust, sobre Napoleón I, “Si no fuera por él, yo estaría vendiendo naranjas en las calles de Ajaccio”. Pero Napoleón Bonaparte era su tío –como hija de Jerôme Bonaparte y Catharina de Würtemberg-, por lo que Mathilde recibió el título de Princesa Francesa. Casó primero con el Príncipe Anatole Demidoff, infructuosamente. No era tan hermosa como la Emperatriz Eugenia, pero proyectaba un aura de glamour. Vivía en una mansión en París, donde fue prominente miembro de la nueva aristocracia durante y después del Segundo Imperio como anfitriona de artistas y escritores. No gustaba de la etiqueta, pero daba la bienvenida a sus visitantes, de acuerdo a Abel Hermant, con un extremo refinamiento de esnobismo y cortesía. En 1873, viuda ya del Príncipe Demidoff, se casó con el artista y poeta Claude Popelin. Fue el único miembro de la familia Bonaparte en permanecer en Francia después de mayo de 1896, cuando la República Francesa expulsó a los príncipes de dinastías gobernantes anteriores. Murió en 1904, a los 83 años.



Las hermanas de la Emperatriz Sissi

El Duque Maximiliano en Baviera y su esposa, Ludovika, tuvieron cinco hijas: Helene Caroline (Néné, Princesa von Thurn und Taxis), Elisabeth Amelie (Sissi, Emperatriz de Austria), Maria Sophie (Reina de las Dos Sicilias), Mathilde Ludovika (Condesa de Trani, parte de las Dos Sicilias) y Sophie Charlotte (Duquesa d’Alençon). La posición y la fortuna de la familia les permitía a las hermanas Wittelsbach vestir espectacularmente.

Helene



La Princesa Helene Caroline Therese, Néné, era la hija mayor, nacida en 1834. Iba a casarse con el Emperador Franz Josef de Austria, pero éste se enamoró de la hermana menor de Helene, la bella Elisabeth, Sissi. Eso creó serias dificultades para encontrar un esposo para Helene, pero al final contrajo matrimonio con Maximilian von Thurn und Taxis, de una rica familia alemana, en 1858, durante la temprana era del miriñaque. Su matrimonio fue feliz, pero ella murió joven, a los 36 años.


Mathilde


La Princesa Mathilde fue la segunda hermana Wittelsbach en viajar a Nápoles y Sicilia. El 5 de junio de 1861 contrajo matrimonio con Ludovico de Borbón-Dos Sicilias, Conde de Trani, hermano del marido de su hermana Maria Sohie, Francisco II de las Dos Sicilias. El matrimonio fue infeliz casi desde su inicio, refugiándose Luis en el alcohol y Matilde en los largos viajes con sus hermanas. La pareja tuvo una única hija: María Teresa Magdalena de Borbón-Dos Sicilias, casada con el príncipe Guillermo de Hohenzollern-Sigmaringen. En 1878 el Conde de Trani falleció ahogado en Suiza. Matilde sobrevivió a su marido treinta y nueve años, aunque no volvió a contraer matrimonio.


Maria Sophie

La tercera hermana Wittelsbach no estuvo mucho tiempo en el candelero. Esta dinastía era casi una extensión de los Habsburgo y los Habsburgo tenían tentáculos a través de Italia formados por ellos mismos y sus matrimonios con Wittelsbachs. Cavour y Garibaldi actuaron para unificar Italia, forzando a varios gobernantes vinculados con Alemania a huir. Uno de ellos fue Maria Sophie, quien se había casado en 1859 con Francesco II, Rey de las Dos Sicilias (que incluía Nápoles), cuyo reinado finalizó con la caída de Gaeta en 1862. La reina consorte salió del poder en un resplandor de gloria, liderando la defensa de Gaeta. Marcel Proust la llamó “la reina soldado en las murallas de Gaeta”. Como resultado de su breve reinado, sus fotos documentan la era clave del miriñaque.


Sophie Charlotte
Penúltima hija de Maximiliano y Ludovika de Baviera, su belleza era semejante a la de su hermana Isabel, la futura Emperatriz de Austria, por lo que hubo numerosos pretendientes a su mano. Pero a ella parecía no gustarle ninguno e incluso se permitió el lujo de rechazar la proposición del archiduque Luis Víctor de Austria, hermano del Emperador Franz Josef. Tras un compromiso frustrado con su primo, Luis II de Baviera, casó con fue Fernando Felipe María d’Orleans, duque de Alençon, hijo de Luis d’Orleans, duque de Nemours y nieto por tanto de Luis Felipe I de Francia. Pereció abrasada a los 50 años en el incendio de un bazar de caridad en París.


La Condesa de Castiglione



Virginia Oldoini, Condesa de Castiglione, fue una aristócrata y agente secreto italiana, célebre por haber sido amante del Emperador Napoleón III. En parte fue responsable de la unificación italiana, debido a la influencia que adquirió sobre el Emperador. Fue también una significativa figura en la temprana historia de la fotografía como modelo y colaboradora del fotógrafo Pierre-Louis Pierson. Las entradas de la condesa a las fiestas y bailes se convirtieron en leyenda. Siempre tarde, hacía que su marido la escoltara a una esquina del salón donde observaba la gran atención que su presencia producía. Allí, esperaba a que los anfitriones realizaran las presentaciones y se emocionaba solo cuando el emperador o la emperatriz la saludaban. Se le llegó a conocer como la "Mujer del amor Imperial".



Victoria, Princesa Real



La Princesa Victoria Adelaide Mary Louisa, “Vicky”, fue la primogénita de la Reina Victoria y de Alberto, Príncipe Consorte. Como hija mayor de la soberana reinante, fue nombrada Princesa Real. Se vio envuelta en un matrimonio dinástico en la prominente familia real prusiana, los Hohenzollern, al casarse con el príncipe heredero, Federico Guillermo, en 1857. Este arreglo fue un éxito romántico, pero un fracaso dinástico. El Káiser Federico sufría de cáncer de garganta antes de ascender al trono y, cuando lo hizo, reinó solo 99 días. Su hijo Wilhelm se convirtió en káiser un tanto cohibido por la preocupación de su abuela, la formidable reina de Inglaterra. La Princesa Real favorecía la democratización, Wilhelm era de la vieja escuela –aunque no tanto como Bismarck- y su esposa Augusta Victoria de Schleswig-Holstein aceptó de todo corazón el lugar muy restringido de las mujeres en la sociedad alemana. Luego de la muerte de Federico en 1888 vivió una gran soledad. Murió el mismo año que su madre, 1901. Mientras la reina Victoria no fue especialmente conocedora de la moda, su hija, la Princesa Real, sí lo fue.


Luisa de Suecia
1861. Con un traje van Dyck.

En el siglo XIX hubo tres princesas y reinas escandinavas de nombre Luisa: dos en Dinamarca y una, la madre de la segunda reina danesa Luisa, en Suecia. La reina consorte Luisa (Lovisa) de Suecia pertenecía a la Casa de Orange-Nassau, de los Países Bajos. Era hija del príncipe Federico de las Países Bajos y de la princesa Luisa de Prusia. Por vía paterna era nieta del rey Guillermo I y de la princesa Guillermina de Prusia. Por vía materna era nieta del rey Federico Guillermo III de Prusia y la duquesa Luisa de Mecklenburg-Strelitz. El 8 de junio de 1859 se convirtió en reina consorte de Suecia y Noruega ya que su esposo, el Príncipe Heredero sueco Carl Ludvig Euden se convirtió en Carlos XV a la muerte de su padre, el rey Oscar I.

Luisa de los Países Bajos moría en Estocolmo el día 30 de marzo de 1871 sin haber podido dar un descendiente varón a su esposo, con lo cual, debido a la ley de sucesión, la corona pasaría a su muerte al hermano de Carlos XV, que reinaría como Oscar II.


La Emperatriz Carlota
1850. Princesa de Bélgica

1862. Emperatriz de México


Marie Charlotte Amélie Augustine Victoire Clémentine Léopoldine de Saxe-Coburg et Orléans Bourbon-Deux-Siciles et de Habsbourg-Lorraine fue la única hija del Rey Leopoldo I de los Belgas y la Princesa Luisa María de Francia (hija del rey Luis Felipe I de Orleáns y de María Amalia de Borbón-Dos Sicilias). El 27 de julio de 1857, Carlota contrajo matrimonio con el archiduque Maximiliano de Habsburgo, el idealista hermano menor de Francisco José I, Emperador de Austria. A principios de la década de 1860, Napoleón III inició la Intervención francesa en México, buscó un testaferro adecuado para servir como el emperador nominal y el archiduque Maximiliano aceptó la propuesta. La princesa Charlotte de Bélgica, archiduquesa de Austria, tomó el nombre español de Carlota Amalia de México al convertirse en emperatriz. Y comenzó junto a su esposo a configurar una corte, con un rígido protocolo influenciado por su vida juntos en Austria.
El Segundo Imperio Mexicano (1864 - 1867), fue breve y agitado debido a los choques entre la guerrilla republicana y los ejércitos imperiales mexicanos y franceses. En 1865 la emperatriz decidió cruzar el Atlántico en búsqueda de ayuda en Europa en una tentativa desesperada de salvar el trono de su marido. Pero fracasó. Desde ese momento, bajo presión, su locura fue incrementándose, con episodios de lucidez y demencia, agravados (si cabe) por el fusilamiento de su marido. Fallecería el 19 de enero de 1927, víctima de una pulmonía. 



Maria Pia de Saboya, Reina de Portugal

1862. En miriñaque

1880. En polisón



1887. En fastuoso traje de corte

Maria Pia di Savoia, hija del Rey Víctor Manuel II de Cerdeña y Piamonte y de la Archiduquesa María Adelaida de Austria, casó en 1862 con el rey Luis I de Portugal. Fue conocida como O Anjo da Caridade e Mãe dos Pobres (El Angel de Caridad y Madre de los Pobres) por su compasión y trabajo en causas sociales. En contrapartida, gustaba del lujo, la moda y las fiestas; en un baile de máscaras en 1865, cambió su disfraz tres veces. Cuando el Parlamento portugués discutió los gastos excesivos de la reina, Maria Pia replicó diciendo “si quieren una reina, tienen que pagar por ella”. La violencia y los disturbios políticos golpearon su vida: perdió a su hijo y su nieto en 1908 y debió abandonar Portugal para retornar a Italia en 1910, cuando Portugal se convirtió en una república.

sábado, 5 de noviembre de 2016

Victoria de Inglaterra, esposa antes que madre. Victoria 1819-1901

Victoria de Inglaterra, esposa antes que madre.


Victoria 1819-1901
La reina Victoria de Inglaterra estuvo muy enamorada de su esposo y primo, el príncipe Alberto de Sajonia-Coburgo-Gotha, al que conoció a la edad de 16 años.  Se casaron cuando ella contaba con 21 años, al parecer el, no estaba muy enamorado de ella, pero tuvo que aceptar el matrimonio y con el paso de los años, demostró ser enormemente feliz.
De su unión nacieron nueve hijos que ocuparon un lugar muy secundario en el corazón de la reina, tanto que, una vez viuda, escribió a un miembro de la rama germana de los Hannover «No hallo ninguna compensación en la compañía de mis hijos. Es más, pocas veces me encuentro a gusto con ellos. Me pregunto porque ha tenido que dejarme Alberto y ellos continúan a mi lado ...»
Alexandrina Victoria como así la bautizaron, nació el 24 de mayo de 1819 en el palacio de Kensington, Londres, única hija, del  príncipe Eduardo, duque de Kent y Strathearn y cuarto hijo varón del rey Jorge III y de Victoria de Sajonia-Coburgo-Saalfeld. 

El duque de Kent, vivía exiliado en Bruselas, retirado del ejercito desde 1803, hundido en un centenar de deudas pero recibiendo una renta del Parlamento Británico, cuando conoció a  la princesa Leiningen de 31 años, viuda del príncipe Emilio Carlos de Leiningen, con el que había tenido dos hijos, Carlos y Feodora, de 12 y 9 años. La pareja ducal contrajo matrimonio, en el palacio de Kew, el 11 de julio de 1818. 
En 1820, cuando Victoria contaba tan solo 8 meses de edad, su padre, el duque de Kent,  fallece de una fulminante neumonía, y seis días después, el 29 de Enero en el castillo de Windsor, donde estaba confinado desde 1811 por permanentes enfermedades mentales, muere su abuelo, el rey Jorge III,  ciego y loco. Hay que recordar que Jorge III se caracterizó por sus conflictos militares. A comienzos de su reinado, derrotó a Francia en la guerra de los siete años, pero por lo que siempre se le recordaría en Gran Bretaña fue por la perdida de sus colonias americanas, convirtiéndose éstas, en los Estados Unidos. 

Desde 1811, después de la recaída final de Jorge III, su  primogénito Jorge, príncipe de Gales, y tío de Victoria, gobernaría como regente hasta su muerte, sucediéndole en el trono, con el nombre de Jorge IV. Éste pasaría a ser recordado como príncipe y monarca extravagante.
Victoria  era entonces la tercera en la línea sucesora, teniendo muchas probabilidades de ascender al trono, debido a que sus otros dos tíos, el duque de York no tenía descendencia, y llevaba 30 años separado de su esposa, y el duque de Clarence, tampoco tenía descendencia. Pero fue ese mismo año cuando la duquesa de Clarence dió a luz una niña Isabel Georgiana, que moriría 3 meses más tarde, víctima de convulsiones, al año siguiente en 1822 la duquesa volvió a dar a luz, a un par de gemelos que nacerían muertos y la dificultad del parto la dejaría incapacitada para volver a concebir.
A la edad de 3 años, Victoria estaba nuevamente en la primera fila de sucesión. El vacío paternal fue suplido por el enérgico temperamento de la madre, nieta de Jorge III y del duque de Sajonia-Coburgo-Saafeld Duque reinante del pequeño estado Alemán. 
La pequeña Princesa Inglesa hablaba únicamente alemán, idioma materno de su madre e institutriz. Cuando se hizo evidente que algún día  podría ocupar el trono, se ven en la imperiosa necesidad de enseñarle el Inglés lo antes posible. Su educador fue el Reverendo Jorge Davys.
La vigilancia sobre la pequeña era tan dictatorial que cuando llegó a la adolescencia, todavía no había podido dar un paso en el palacio sin la compañía de su institutriz, educadores, o de su misma progenitora,  más tarde demostraría su rebeldía, si no se ganaban primero, su respeto o cariño.
Cuando se informó a la princesa a este respecto, mostrándole un árbol genealógico de los soberanos ingleses que terminaba con su propio nombre, Victoria permaneció callada un buen rato y después exclamó: "Seré una buena reina". Apenas contaba diez años y ya mostraba una presencia de ánimo y una resolución que serían cualidades destacables a lo largo de toda su vida.
El 26 de junio de 1830, muere el rey Jorge IV, sucediéndole el duque de Clarence como rey Guillermo IV,  sin descendencia legitima, Victoria entonces, se convirtió con 11 años, en la futura heredera del trono. Para ello se promulgó la Ley de Regencia, la cual estipulaba que la duquesa de Kent, madre de Victoria, sería Regente del reino durante la minoría de edad de la futura reina, con ésta ley, ignoraban el precedente de Jorge IV y el Parlamento no creó ningún Concilio para limitar los poderes de la eventual Regente.
A la muerte de Guillermo IV, el 20 de junio de 1837,  el arzobispo de Canterbury se arrodillaba ante la joven Victoria para comunicarle oficialmente que ya era reina de Inglaterra. 
Ese mismo día, Victoria escribió en su diario: "Ya que la Providencia ha querido colocarme en este puesto, haré todo lo posible para cumplir mi obligación con mi país. Soy muy joven y quizás en muchas cosas me falte experiencia, aunque no en todas; pero estoy segura de que no hay demasiadas personas con la buena voluntad y el firme deseo de hacer las cosas bien que yo tengo".

La solemne ceremonia de su coronación tuvo lugar en la abadía de Westminster el 28 de junio de 1838.
Ella tenía 18 años, por lo tanto, no fue necesaria una regencia. Como la Ley Sálica imperaba en Hannover, este trono pasó a su tío menor, el duque de Cumberland, terminando así la unión entre el Reino Unido y Hannover que existía desde 1714, de ésta manera,  mientras la joven reina no tuviera hijos, el duque de Cumberland  sería su heredero. Las relaciones con otras naciones, no la iban a ser dificiles pues desde que nació, estaba emparentada con las casas reales de Alemanía, Dinamarca, Noruega, Suecia y Rumanía.
Las tensiones con su madre, se hicieron más perceptibles a partir  de su ascenso al trono, lo cual sorprendería a los miembros del consejo preguntándoles si, como reina podía hacer lo que le viniera en gana, ellos, se lo afirmaron positivamente. Cuentan que, con un delicioso ademán juvenil,  ordenó a su madre que la dejase sola una hora, y se encerró en su habitación. Cuando regresó volvió a dar otra orden, está fue que desalojasen inmediatamente de su alcoba el lecho de la absorbente baronesa Lehzen, pues en adelante no compartiría su alcoba. Su autoritaria madre, nada pudo hacer, su hija, impondría el suyo de tal manera que Victoria marcaría su inconfundible carácter a toda una época denominada, Victoriana. 
Por aquel entonces, el gobierno lo dominaban los Whig, el Primer Ministro, vizconde de Melbourne, Lord Melbourne, ejerció desde el comienzo una importante influencia sobre la inexperta soberana, éste era un hombre rico, brillante y dotado de una inteligencia superior, temperamento sensible y afable, unas cualidades que encantaron a la nueva e inexperta soberana, acudiendo a él constantemente para solicitar ayuda y consejos, se rodearía de damas que compartían las ideas liberales expresando su deseo de no ver jamas a los "torys" (conservadores), los adversarios políticos de los Shig, pasaron a ser sus enemigos. De esa manera, dependía completamente del extraordinario caballero, confiando de poder dejar los asuntos de gobierno en sus manos, tanto fue así que en los primeros meses de su reinado, algunas malas lenguas se referían a la reina como  "la Sra. Melbourne".
Pero debido a los acontecimientos en las colonias británicas, rebeliones en Canadá y Jamaica, las autoridades locales protestaban contra las medidas inglesas que no reconocían  como leyes dictadas por el parlamento, Melbourne se vio en la obligado a  dimitir,  por su incapacidad  para controlar todos los contratiempos que surgieron. 
Victoria no lo permitió, realizó una serie de negociaciones y pactos, sacando a relucir su genio y tozudez  de tal manera que, Lord Melbourne regresó al lado de la reina y con él, la felicidad, pero pronto sería desplazado por una nueva influencia.
En 1839, el mercado de opio por parte de Inglaterra y Estados Unidos, se convirtió en un gran conflicto, pues generó  una epidemia de adictos en China, la guerra del opio, Lin Hse Tsu, emperador de China, viendo la epidemia que se había creado de adictos, envió una carta a la reina Victoria pidiéndole que no traficara más opio. La reina Victoria entonces, respondió enviándole a la Armada Británica. Muchas fortunas se basaron en éste narcotráfico.
La unión prevista  desde hacía mucho tiempo, determinada por los intereses de Inglaterra, entre Victoria y su primo, el alemán Alberto de Sajonia-Coburgo-Gotha, se hizo realidad el 10 de febrero de 1840, en la Capilla Real del palacio de St. James, Londres. 
El era uno de los pocos hombre jóvenes que Victoria había tratado en su vida y el primero con el que se le permitió conversar a solas. Cuando se convirtió en su esposo, ni la predeterminación ni el miedo al cambio que suponía la boda impidieron que naciese en ella un sentimiento de auténtica veneración hacia aquel hombre no sólo apuesto, exquisito y atento, sino también dotado de una fina inteligencia política.

Cuatro días antes de la ceremonia, la reina le otorgó a su futuro esposo, el tratamiento de Su Alteza Real, por lo que Alberto sería conocido como el "Príncipe Consorte", aunque formalmente el título lo obtuvo en 1857.

De éste enlace feliz, plácido y hogareño,  se ha sabido que Alberto fue un marido ejemplar y nunca llegó a faltar a sus votos nupciales. Para Victoria un marido perfecto y compañero ideal, por el que sustituyó a Lord Melbourne en el papel de consejero, protector y delegado, en el ámbito de la política, ejerciendo su misión con tanto acierto que la soberana, aún inexperta y necesitada de ese apoyo, no experimento pánico alguno  cuando remplazaron a Melbourne al frente del gabinete. 
Durante su matrimonio, nacieron 9 hijos: cuatro varones y 5 mujeres.
  • La princesa Victoria, princesa real (n. palacio de Buckingham, 21-11-1840 - m. Friedrichshof, Alemania, 5-8-1901), creada Princesa Real (Princess Royal); casada en 1858 con Federico III, emperador de Alemania y rey de Prusia.
  • Rey Eduardo VII (n. palacio de Buckingham, 9-11-1841 - m. palacio de Buckingham, 6-5-1910), sucesor de su madre.
  • La princesa Alicia (n. palacio de Buckingham, 25-4-1843 - m. Neues Palais, Darmstadt, 14-12-1878), casada en 1862 con Luis IV, Gran Duque de Hesse y del Rin. Su hija, Alejandra, se casaría con su primo el Zar Nicolás II
  • El príncipe Alfredo, duque de Sajonia-Coburgo-Gotha y de Edimburgo (n. castillo de Windsor, 6-8-1844 - m. Schloss Rosenau, Coburgo, 30-7-1900), duque de Sajonia-Coburgo-Gotha al suceder a su tío paterno (22-8-1893). Casado en 1874 con María Alexandrovna, hermana del Zar Alejandro III. Su hija María se casaría con Fernando I de Rumanía.
  • La princesa Helena (n. palacio de Buckingham, 25-5-1846 - m. Schomberg House, Londres, 9-6-1923), casada en 1866 con el príncipe Christian de Schleswig-Holstein-Sonderburg-Augustenburg.
  • La princesa Luisa (n. palacio de Buckingham, 18-3-1848 - m. palacio de Kensington, 3-12-1939), casada en 1871 con John Campbell, 9º duque de Argyll.
  • El príncipe Arturo, duque de Connaught y de Strathearn (n. palacio de Buckingham, 1-5-1850 - m. Bagshot Park, Surrey, 16-1-1942), creado duque de Connaught, de Strathearn y conde de Sussex (1874). Casado en 1879 con Luisa Margarita de Prusia.
  • El príncipe Leopoldo, duque de Albany (n. palacio de Buckingham, 7-4-1853 - m. Cannes, Francia, 28-3-1884), creado duque de Albany, conde de Clarence y barón Arklow (1881). Casado en 1882 con Elena de Waldeck-Pyrmont.
  • La princesa Beatriz (n. palacio de Buckingham, 14-4-1857 - m. Brantridge Park, Balcombe, Sussex, 26-10-1944), casada en 1885 con el príncipe Enrique de Battenberg y madre de la futura reina Victoria Eugenia de España.
Con todas las uniones conyugales en Europa, de hijos y nietos con otros monarcas, a Victoria se le daría el título popular de  "la Abuela de Europa". Sin embargo, al ser portadora de hemofilia, transmitió el gen defectuoso a todos sus descendientes (por estar ligada al cromosoma X). El portador más conocido de dicha enfermedad fue el zarevich Alexis.

El prestigio de la corona fue restaurado, gracias a la habilidad política del príncipe Alberto, quién sin duda había pasado a ser el verdadero rey en la sombra.
En 1861 Victoria atravesó el más trágico período de su vida, su madre, la duquesa de Kent fallecía y el 14 de diciembre su amado esposo, compañero, amigo, consejero,  y el hombre que había sido su guía y soportado con ella el peso de la corona. 

Tal y como ella había animado a su marido para trabajar sin descanso al servicio del país, la  soberana reaccionó con entereza asombrosa, desde ese instante hasta su muerte, Victoria nunca dejó de dar muestras de su férrea voluntad y de su enorme capacidad para dirigir con aparente facilidad los destinos de Inglaterra.

Su figura redonda, fue cubierta por un luto que no desapareció durante el resto de su vida, de tal manera que ganó el apodo de "Viuda de Windsor".
Con el paso de los años, Victoria comenzó a confiar en un criado escocés, llamado John Brown, al que alegan que hubo una relación romántica e incluso un matrimonio secreto. Un diario recientemente descubierto registra una supuesta confesión en su lecho de muerte del capellán privado de la reina, quien habría admitido a un político que él había presidido un matrimonio clandestino entre Victoria y John Brown. No todos los historiadores confían el autenticidad del diario. Sin embargo, cuando el cadáver de Victoria fue colocado en el ataúd, le acompañaban dos recordatorios conforme a su deseo. Al lado derecho, uno de los vestidos de gala de Alberto, mientras que en su mano izquierda se fijó un pedazo del cabello de Brown, junto con un retrato de él. Los rumores de un romance y una unión secreta le ganaron a victoria el apodo de "Señora Brown"
Durante las últimas tres décadas de su reinado, Victoria llegó a ser un mito viviente y la referencia obligada de toda actividad política en la escena mundial. Su imagen pequeña y robusta, dotada a pesar de todo de una majestad extraordinaria, fue objeto de reverencia dentro y fuera de Gran Bretaña. Su apabullante sentido común, la tranquila seguridad con que acompañaba todas sus decisiones y su íntima identificación con los deseos y preocupaciones de la clase media consiguieron que la sombra protectora de la llamada Viuda de Windsor se proyectase sobre toda una época e impregnase de victorianismo la segunda mitad del siglo.
Su vida se extinguió lentamente, con la misma cadencia reposada con que transcurrieron los años de su viudez. Cuando se hizo pública su muerte, acaecida el 22 de enero de 1901, pareció como si estuviera a punto de producirse un espantoso cataclismo de la naturaleza. La inmensa mayoría de sus súbditos no recordaba un día en que Victoria no hubiese sido su reina.
El 28 de Marzo, de 2010, se publicaba en Días de Historia, "El amor oculta de la reina Victoria y su sirviente indio:
Publicaron cartas de la relación secreta de la monarca británica con el hindú Munshi Abdul Karim.

El periódico inglés Daily Telegraph, que da cuenta del archivo, indica que el rápido ascenso de Karim dentro del Palacio de Buckingham despertó la sospechas de muchos cortesanos y miembros de la Familia Real, acerca del romance de ambos.
El militar indio arribó a Londres en 1887 a la edad de 24 años y en poco tiempo se volvió la mano derecha de la monarca británica, llamado como el "John Brown indio", en alusión a otro de los protegidos de Victoria.
El Telegraph informó que por décadas se trató de ocultar la relación que mantenía la reina con su sirviente indio y agregó que los rumores fueron tan fuertes, que el primogénito de la soberana, el rey Eduardo VII, obligó a Karim a quemar todas las cartas secretas que le había enviad a la reina.
En una serie de escritos autobiográficos del sirviente indio, éste dijo sentir un amor "maternal" con Victoria, a quien llamaba "Reina Emperadora" o "Gran Emperadora".
"Mientras escribo mi vida no puedo dejar de pensar en los muchos honores que me dio Su Majestad. Rezo al Todopoderoso para que siempre bendiga a nuestra Reina Emperadora", agregó Karim. Su impacto en la Casa Real británica fue inmediato.
El sirviente indio introdujo el curry al menú real y comenzó a enseñarle urdu a la reina Victoria.
Un año después de su llegada Victoria estaba tan "encandilada" con su sirviente, que lo nombró "Munshi y Paje Indio a la Reina Emperatriz por un salario de 12 libras al mes".
El sirviente comenzó a acompañar a Victoria en sus giras por Europa, donde fue presentado a primeros ministros, reyes y miembros de la nobleza. Poco después Karim contaba con sus propios sirvientes y para 1893 utilizaba el carruaje privado de la monarca, dijo el diario. 
Sea como fuere, he aquí la historia de una reina Inglesa cuyo reinado duró 64 años, representando el reinado más largo de la historia de Inglaterra.